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Hace tiempo ya, maravillado por una alcachofa que no había sido cosechada y pudo llegar a ser flor, publiqué una fotografía que dejó boquiabierto a más de uno. Es que a veces no sabemos exactamente lo que comemos y, para sorpresa de varios, desde ese momento supieron que era una flor lo que estaban degustando. También comenté en «Flor de Alcachofa» que estando muy cerca de Benicarló, llegaría el momento de hacer algo con las mejores alcachofas de España.Ahora, que es la época, allá vamos. Y si tengo que dedicar esta receta que me ha encantado preparar es a mis amigos argentinos, que como me ha pasado a mi, estamos acostumbrados a las típicas alcachofas hervidas, enfriadas y deshojadas, para pasar por una vinagreta e ir comiendo hasta llegar al corazón, apoteótico final. Por suerte, aquí en España, y sobre todo en esta zona en la que me encuentro, la alcachofa es un producto que tienen muchas formas de prepararse. Ésta es sólo una de ellas.

Ingredientes (para 3 personas)

6 Alcachofas muy buenas
150 Grs. de queso feta (griego)
2 Cucharadas grandes de yogurt griego
1 Tomate muy rojo
Hierbabuena a gusto (si es fresca, mejor)
Aceite de oliva a gusto
1/2 Vaso de vinagre blanco

Preparación

1- Lavar las alcachofas y también preparar un recipiente con agua fría y el vinagre. Reservar aparte.

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2- Una a una, y en el menor tiempo posible para evitar la oxidación de las alcachofas, prepararemos los corazones (ver la secuencia en la fotografía). Arrancar las hojas con los dedos hasta que quede el interior blanquecino de las hojas a la vista, cortar el tallo, contornear con una puntilla el corazón para retirar los restos duros de las hojas, cortar la alcachofa a la altura de la parte blanca, retirar con la puntilla algo del centro (que es el interior con los pelitos), y finalmente sumergir en el agua con vinagre inmediatamente.

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3- Preparar el relleno desmenuzando primero el queso feta con los dedos. Poner sobre el queso el yogurt, la hierbabuena y un chorrito de aceite de oliva. Como se puede comprobar, no he puesto sal en ninguna parte del proceso, ya que el queso es salado y el yogur tiene un toque agrio, lo que terminará impregnándose en las alcachofas.

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4- Cortar el tomate en rodajas en igual cantidad que las alcachofas que vayamos a preparar.
5- Poner en cada alcachofa un chorrito de aceite de oliva y luego cubrir con la mezcla de queso y yogurt. Poner sobre esta pasta una rodaja de tomate y sobre él, nuevamente, una cucharada de la pasta.

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6- Poner las alcachofas en un recipiente apto para horno. Una vez colocadas, con mucho cuidado, volcaremos en el recipiente un vaso con agua y un poquito más de aceite. Debemos hacerlo de tal manera que las alcachofas queden en el agua pero sin que ésta llegue a una altura que las haga flotar, porque eso tiraría abajo todo nuestro buen trabajo.
7- Calentar el horno a 180º y poner las alcachofas por unos 35 a 40 minutos, verificando que la fuente no se quede sin agua.

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El resultado será el que se ve en las fotos, y conseguiremos de esta forma que los corazones de las alcachofas estén perfectamente cocidos pero no blandos, sino «al dente», que es como a mi me gustan en esta preparación.

¡Bon profit!